En esta entrada voy a estar hablando de las famosas funciones ejecutivas que nos proporciona nuestra corteza pre-frontal, los mecanismos que hay detrás de ello y algunas patologías donde su afectación se ve involucrada. Una temática que a mi parecer es bastante interesante 🙂
Empecemos por la base
Cuando queremos conseguir una meta, un objetivo, trazar y seguir un plan o enfrentarnos a situaciones novedosas necesitamos de funciones que hemos desarrollado notablemente a lo largo de la historia. Funciones ejecutivas que implican un control voluntario, un esfuerzo y una intencionalidad concreta. Como podremos intuir, es un proceso que puede conllevar una fatiga subjetiva por el gasto que puede implicar.
La corteza prefrontal (PFC) es la principal estructura cortical encargada de llevar a cabo lo mencionado, y para medirlo se diseñaron ciertas tareas o tests que pueden darnos un reflejo de cada función:
- Planear y Tomar Decisiones: Towers of London
- Corregir errores y superar problemas: Wisconsin Card Test, Simon Task
- Superar respuestas frecuentes: Tarea de nombres y colores diferentes
Las personas que sufren un daño de la PFC pueden desarrollar problemas de comportamiento con acciones que se tornan desorganizadas e inapropiadas como por ejemplo observamos en el utilization behaviour, donde el paciente utiliza objetos instrumentales de manera correcta en contextos inadecuados o en una conducta de perseveración donde la persona repite acciones que ya se han realizado y no son relevantes.
Sin embargo, para desarrollar una acción no solamente observamos involucrada la PFC sino una extensa red coordinada donde vemos involucradas otras áreas como el área motora suplementaria o la corteza motora primaria entre muchas otras. En este caso, la corteza pre-frontal se verá involucrada principalmente en la planificación del propio movimiento.
¿Podemos leer la mente de otros? Empatía, teoría de la simulación y teoría de la mente
Aristóteles ya dijo que somos seres sociales por naturaleza y este hecho precisa de mecanismos para que nos adaptemos como individuos en una sociedad. Para ello, es esencial inferir los pensamientos de otros e intentar «leer la mente» de los que nos rodean aunque sea un proceso más bien inexacto. No es una función ejecutiva en sí misma pero si que es otra peculiaridad que llevan a cabo los lóbulos frontales.
Para explicar esta lectura de la mente, la teoría de la simulación asume un intercambio de recursos en cuanto lo que percibimos y las conductas que tomamos. Es decir mis emociones y acciones dependerán en gran parte de lo que percibo de mi entorno. Un hecho que puede explicar en cierto modo la empatía. Sin embargo, aunque la simulación puede ser de importancia, no explica esas situaciones de falsas creencias donde hay una incongruencia entre la conducta observable de la persona y lo que realmente piensa o experimenta en su interior. Para inferir estos contextos falta un proceso de meta-cognición sobre la situación que denominamos teoría de la mente. Una especie de entendimiento de la mente de otras personas.
Autismo, asperger y carencias en la teoría de la mente
El autismo es en realidad un espectro, una graduación que viene caracterizada por el grado de afectación que sufre la persona en cuanto sus capacidades para relacionarse con otros, comunicarse y socializar. Se define como un deterioro de esto último comentado conjunto un repertorio de intereses muy limitados que se observa a partir de los 3 años y persiste a lo largo de la vida del individuo.
El asperger en cambio se considera como un autismo de alto funcionamiento que no presenta ningún retraso inicial en los primeros años de vida. Sin embargo, el 40% de personas con asperger presentan un coeficiente intelectual en el rango de «retraso mental» y un tanto por ciento muy reducido un CI de sabio.
El caso es que en este tipo de trastornos, observamos un déficit en la teoría de la mente donde los niños son incapaces de entender o ponerse en el lugar de otros. Muestran alteraciones en cuanto a identificar falsas creencias (esas incongruencias entre lo expresado y lo sentido), secuenciar imágenes mentales, utilizar correctamente palabras en relación a ideas o creencias o reconocer expresiones como las de admiración. En cierto modo y a grosso modo, todas esas tareas que requieren cierto grado de «mentalización».
Para explicar este fallo en la teoría de la mente, se proponen dos teorías parecidas pero algo distintas:
- El déficit se da por la falta de ciertos procesos cognitivos como la carencia de una buena correcta función ejecutiva inhibitoria en respuesta a la percepción del exterior.
- El déficit se trata de un síntoma a raíz de un cambio más amplio en el estilo de procesamiento donde por ejemplo hallamos una coherencia central débil o una falta de empatía que se compensa con una sistematización.
Para explicar esta carencia, se investigaron las bases neuronales que pueden subyacer tras ello donde se encontró cierta relevancia en la unión parieto-temporal, el lóbulo frontal medial que interviene en la atención hacia los estados internos y en los polos temporales que reflejan esquemas semánticos en referencia a las reglas sociales.
Neuronas espejo y empatía
Hablando de ponerse en la piel de otro y comprender a terceros, es necesario hablar de esas neuronas que descubrió Rizzonatti en la década del 1990 mientras estudiaba la actividad cortical de monos macacos mediante electrodos. Mientras el investigador buscaba comida, de manera accidental notó que ciertas áreas del área premotora, la misma que se activaban cuando realizaban un movimiento similar, se estimulaban.
En otras palabras, el investigador percibió de manera ocasional que ciertas neuronas no se activan únicamente con el mismo movimiento sino también con la observación de este. A este tipo de células se les llamó neuronas espejo, las cuales cambiaron y revolucionaron nuestra forma de considerar el cerebro.
Realmente no sabemos si estas neuronas son una parte esencial de la empatía, ya que todavía se encuentra bajo investigación. Sin embargo, sabemos que forman una parte importante de procesos como la imageniería motora o el aprendizaje observacional entre otros.
Funciones ejecutivas, sociopatías y psicopatías
El trastorno de la personalidad antisocial es un problema donde no se distingue entre el bien y el mal, obviando el círculo de los derechos y sentimientos de los demás reflejando en un comportamiento irresponsable, pensamientos egocéntricos y ciertos grados de impulsividad. Normalmente se da más frecuentemente en hombres y podría estar asociado tanto a factores hormonales como sociales. No obstante, también podemos observar sociopatías adquiridas por lesiones en ciertas áreas inhibitorias del cerebro.
Como podemos inferir, este trastorno muestra una falta de empatía al igual que ocurre en las psicopatías, donde en este caso hallamos agresiones dirigidas hacia un objetivo o fin en concreto. Los psicópatas parecen responder a la angustia que puede producir una situación amenazante, sin embargo poseen respuestas reducidas cuando esta angustia la padecen otros.
Sin irme por las ramas, como hemos mencionado, ambos trastornos muestran una falta de empatía hacia los demás, obviando tanto reglas morales como sociales. Aunque el componente genético es relevante, también encontramos ejemplos de casos adquiridos como fue la sociopatía de Phineas Cage.
Durante una jornada de trabajo, Cage sufrió un accidente done un hiero le travesó el cráneo dañando la corteza medial y orbitofrontal. Phineas sobrevivió al accidente y mantuvo intacto el funcionamiento cognitivo. Sin embargo, a raíz de lo sucedido perdió capacidades del funcionamiento ejecutivo y su conducta se volvió imprudente, desarrollando impaciencia, bajo compromiso e incapacidad para mantener amistades o estabilidad en el trabajo.
Resumiendo…
Las funciones ejecutivas llevadas a cabo por los lóbulos frontales son imprescindibles en la toma de decisiones, el control inhibitorio o en la consecución de metas y objetivos. Aunque la corteza prefrontal es imprescindible para esto último, las acciones son llevadas acabo por una red donde esta estructura se encarga principalmente de planificar el movimiento. Cuando se ve afectada, observamos problemas conductuales como la perseveración o el utilization behaviour.
Los lóbulos frontales también son esenciales de cara a ponerse en la piel del otro. Algo que intenta explicar tanto la teoría de la mente como la de la simulación. Aspectos que parecen deteriorados en el espectro autista, en el asperger o en sociopatías y psicopatías.
Por último, las neuronas espejo han sido un gran descubrimiento de Rizzonatti que podría ayudar desgranar los mecanismos detrás de la empatía.
Un fuerte abrazo,
Javier Picañol